En “El Espíritu de mi Mamá” se vive el mundo de discriminación que tienen que sufrir los inmigrantes ilegales en los Estados Unidos. La protagonista dejó su mundo, su pasado y su esencia misma, solo para encontrar al padre de su hija. Confrontada en sueños por el espíritu de su madre, quien le pide le de comer y beber, Sonia siente que no se encuentra en paz y que está sufriendo espiritualmente; la única forma de encontrar alivio es regresando de nuevo a su tierra, Honduras. Al llegar, Sonia se ve enfrentada a su pasado ancestral, con los ritos, la música y los sincretismos religiosos que toman como base esencial el legado de la cultura Africana. Solo con un ritual llamado Chugú, la protagonista logra dar de comer y beber, de forma simbólica, a su madre, y descubre que no solamente se está reconciliando con ella, sino que lo hace al mismo tiempo con su tierra y su cultura. Es así como se genera un reencuentro con ella misma.
El Espíritu de mi Mamá es una meditación sobre la maternidad, así como una mirada íntima a aspectos de la cultura y tradición Garífuna. Ofrece una vislumbre de la presencia de la cultura y la influencia Africana en América Latina, y es un testimonio de la importancia de honrar a nuestras madres, así como a nuestra tierra natal. Esta película no es un documental (y representa en pantalla sólo una pequeña porción y una dimensión limitada del ritual Garífuna), sin embargo, creo que la película evoca lo suficiente del espíritu de lo que las prácticas espirituales Garífunas lograr: refrescar nuestras conexiones con nuestros ancestros y pasar ese refresco para las generaciones futuras, porque estas conexiones son un puente, sagrado e invisible, que tenemos que recordar y proteger a toda costa. Nuestra propia humanidad depende de ello.
-Ali Allie
Una mujer Garífuna viaja de Los Angeles a Honduras para honrar a su difunta madre, reconocer su propia cultura y olvidar un pasado atormentado por un soldado estadounidense.